La causa de la LMC está relacionada con una anomalía cromosómica llamada cromosoma Filadelfia.
La exposición a la radiación puede aumentar el riesgo de sufrir leucemia mielógena crónica (LMC). Esto puede ser por tratamientos de radioterapia utilizados en el pasado para tratar el cáncer de tiroides o el linfoma de Hodgkin o por un desastre nuclear.
Pasan muchos años antes de que se presente leucemia por exposición a la radiación. La mayoría de las personas a quienes se les trata un cáncer con radiación no contraen leucemia. La mayoría de los pacientes con LMC no han estado expuestos a la radiación.
La LMC se presenta más comúnmente en adultos de mediana edad y en niños.
La leucemia mielógena crónica se agrupa en varias fases.
- Crónica
- Acelerada
- Crisis hemoblástica
La fase crónica puede durar meses o años y la enfermedad se puede presentar con pocos síntomas o ser asintomática durante este tiempo. La mayoría de las personas reciben el diagnóstico durante esta etapa, cuando les hacen exámenes de sangre por otras razones.
La fase acelerada es una fase más peligrosa durante la cual las células de la leucemia se multiplican con mayor rapidez. Los síntomas frecuentes abarcan: fiebre (sin infección), dolor óseo e inflamación del bazo.
Sin tratamiento, la leucemia mielógena crónica progresa a una fase de crisis hemoblástica. Se puede presentar sangrado e infección debido a la insuficiencia de la médula ósea.
Entre otros posibles síntomas de crisis hemoblástica están:
- Hematomas
- Sudoración excesiva (sudores fríos)
- Fatiga
- Fiebre
- Presión bajo las costillas izquierdas inferiores a causa de la inflamación del bazo
- Erupción: pequeñas marcas puntiformes y rojas en la piel (petequias)
- Debilidad (Manascero, 2008)
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